Santo Domingo, D. N., R. D.- Empezando por el título “La República inmortal de Duarte”, la exposición iconográfica nos empodera hoy, al evocar la vocación resiliente del Estado fundado por Duarte, diseñador de la estrategia para una patria grande, que aún está pendiente. No obstante, se apostó a que resurgiría impenitente aunque cayera reiteradamente, víctima de la ignominia y la traición, llámese fusión o como se le quiera llamar.

Motivación. ¿Quién la organiza? En conmemoración del 179 aniversario de la fundación de la nación dominicana, la exposición de 70 carteles ha sido auspiciada por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias y la Fundación Patria Visual, presidida por el coronel e historiador Sócrates Suazo Ruíz.

¿Dónde y hasta cuándo? La exposición educativa instalada desde el 24 de febrero permanecerá hasta el lunes 20 de marzo, en la verja perimetral del Parque Independencia, del lado de la Bolívar.

¿Por qué la exposición educativa? Como la Trinitaria, la Filantrópica y la Dramática, tenemos que despertar conciencia y promover con más firmeza los principios de la soberanía nacional, aunque seamos perseguidos, como lo hizo el gobernante haitiano Charles Riviére-Herard con Duarte, quien, acorralado, en la noche del 8 de agosto de 1843, tuvo como único escape embarcarse hacia Saint Thomas, con destino a Venezuela, donde continuó su tarea revolucionaria.
Lecciones. Urge continuar generando nuevas fórmulas creativas, sencillas, efectivas, divertidas, o al menos simpáticas, de mantener fresca la memoria colectiva del origen de nuestra nación. Contar la historia de maneras atractivas e inolvidables.

Contexto social 1822. La intervención militar haitiana “promovió desórdenes, vicios, perfidia, división, calumnia, violencia, delación, usurpación, odio y redujo a muchas familias a la indigencia, expropiando sus bienes, para donarlos a los invasores o vendérselos ínfimo precio”.

El régimen de Boyer “asoló los campos, destruyó la agricultura y el comercio, despojó a las iglesias de sus riquezas, atropelló y ajó con vilipendio a los ministros de la región, les quitó sus rentas y derechos, y condenó a la ruina los edificios públicos, provocando el aprovechamiento de los despojos”.

La intervención produjo “una larga serie de injusticias, violaciones y vejámenes, la violación de nuestros derechos, costumbres y privilegios, sufriendo la opresión más ignominiosa, el despotismo y la tiranía”.

¿Qué perseguía nuestra revolución separatista de Haití? “Proveer nuevas garantías, asegurando estabilidad y prosperidad que protegería y garantizaría el sistema democrático, la libertad de los ciudadanos, aboliendo la esclavitud, la igualdad de los derechos civiles y políticos y que la agricultura, el comercio, las ciencias y las artes serán promovidas y protegidas”.

Estrategias previas al 27 de febrero de 1844. El teniente Martín Girón, jefe de puesto en la entrada estratégica a la ciudad, había sido conquistado por José Joaquín Puello y no hizo ninguna oposición a la invasión de los conjurados, pero el sargento Juan Gross, que no estaba al tanto, intentó resistir, siendo contenido por Girón.

Trabucazo. Alrededor de las 11 de la noche se reunieron en la Puerta de la Misericordia cerca de un centenar de patriotas amotinados, a fin de proclamar la separación con el trabucazo de Ramón Matías Mella. Se colocaron centinelas en lugares estratégicos (La Atarazana y el muelle del río Ozama).
Izamiento de la bandera. Al amanecer, Francisco del Rosario Sánchez, del Comité Insurreccional, izó la bandera nacional en el baluarte de El Conde.
Entrega. El 28 de febrero el jefe de las tropas haitianas, general Etienne Desgrotte, y Mella firmaron el acta de capitulación.
Acciones clave. El 28 de febrero se constituyó una Junta Gubernativa Provisional, encabezada por Sánchez, Joaquín Puello, Remigio del Castillo, Tomás Bobadilla, Manuel Jiménes y Ramón Matías Mella. Dos días después (2 de marzo) fue escogida una Junta Central Gubernativa, presidida por Tomás Bobadilla e integrada por Sánchez, Mella y otras siete personas.
Manifestaciones de apoyo. A favor del proyecto independentista se pronunciaron Monte Plata, Bayaguana y Boyá; Neyba, San Juan de la Maguana, Azua, Baní y San Cristóbal (Sur); Higuey y Hato Mayor (Este); Santiago, La Vega, San Francisco de Macorís, Puerto Plata y San José de las Matas.
Primeras designaciones. El presidente Tomás Bobadilla y Briones designó a Francisco del Rosario Sánchez como comandante de Armas y a Pedro Santana del Ejército.
Contraofensiva haitiana. 12 días después, el presidente de Haití, Charles Hérard Ainé, ejecutó una confraofensiva reconquistadora que fue resistida el 10 de marzo por tres mil combatientes que marcharan hacia Azua para repeler el ataque. Rápidamente surgieron otros combates y batallas sucesivos en 4 oleadas o campañas militares.
Estas acciones, combates y batallas fueron tan numerosas que hubo que clasificarlas en cuatro campañas. En ellas, miles de dominicanos ofrendaron sus vidas con valor y fe patriótica, por la consolidación de la independencia dominicana.
Ante el Estado fallido de Haití, nos toca mostrar coraje, sin tomar el fusil, para sostener la integridad territorial, la dominicanidad y la autodeterminación nacional.